La semana pasada se celebraron las VII Jornadas de SIG Libre de Girona. Son mis sextas jornadas y la impresión general es parecida a la de otros años: pilas geogeek cargadas, sensación de que el software libre sigue siendo el camino correcto, que muchos otros comparten la misma ¿pasión? sí, diría pasión, por el conocimiento libre.
Participé en los talleres del miércoles, tanto en el taller de OpenGeo Suite impartido por Víctor Olaya como el de la tarde de Javier de la Torre de CartoDB. El primero fue un poco accidentado por no poder contar con la máquina que Víctor esperaba y por tanto avanzamos algo menos de lo deseable y de hecho le eché una mano con alguna incidencia. En mi opinión estos talleres deben darlos dos personas siempre que sea posible porque uno solo no puede avanzar y atender a 25 alumnos a la vez. En cualquier caso Víctor hizo un buen trabajo y la gente creo que aprendió algunas cosas sobre PostGIS y GeoServer. El segundo taller sobre CartoDB me sirvió para conocer con mayor profundidad la herramienta, que ya había explorado antes, y sobre todo para aprender más sobre cómo funciona internamente y qué cosas está la gente haciendo por ahí con esta interesante alternativa de almacenamiento geoespacial en la nube.
El día siguiente arrancaron las jornadas con un interesante debate sobre la utilidad de los estándares y el papel de OGC en su elaboración. Se habló también del relativo éxito de las IDEs como concepto general y su aplicación en España en particular y de cómo nuevas aproximaciones a la distribución de información en Internet pueden ser más válidas en los tiempos que corren. Por mi parte me quedo con la impresión de que los estándares OGC han hecho bastante bien en el sector, aunque es cierto que ha ido a peor en las últimas especificaciones. Así mismo pienso que las IDEs si no han tenido éxito mayor ha sido por un problema más organizativo que técnico. Sin datos o con datos pobres da igual que el estándar sea más o menos complicado o que el servidor vaya más o menos rápido. Y no solo es cuestión de poner los datos en la red, es tener la intención de mantenerlos actualizados y sobre todo de favorecer su uso mediante licencias libres que permitan a la sociedad añadir valor y crear riqueza con los mismos bien directamente, bien a través de los servicios que puedan ofrecer las administraciones públicas. En fin, como digo a mí no me parece un asunto tanto técnico como político, y ciertamente esa sensación de hambre de datos ha sido uno de los temas recurrentes en las jornadas.
De hecho mi participación presentando con Pedro Vivas White, del Centro Nacional de Información Geográfica acerca de la implantación de un servidor SOS para OTALEX C la IDE transfronteriza entre España y Portugal trataba más sobre el dato que sobre cualquier otra cosa. Porque montar un servicio de mapas o un repositorio de información medioambiental con datos escasos o parciales tiene poco sentido, necesitamos que la gente abra sus cajones y los pongan a disposición de la sociedad para lo que sea que quieran hacer con ella. Como dijo un geoinquieto «hay mucho más talento fuera de tu organización que dentro», y aunque lo aplicaba a la empresa y el software libre, aplica exactamente igual a las administraciones públicas y los datos. Mi compañera Amelia del Rey expuso los avances en el proyecto de investigación GeoStore donde en Prodevelop hemos trabajado por un lado en la creación de un prototipo de tienda virtual para contenidos geolocalizados, así como en temas de mejora del rendimiento del servicio de esos datos mediante técnicas de clustering y teselado vectorial.
En el plano más personal como siempre son unas jornadas en las que me encuentro con amigos de todo el país, y como siempre me quedo con la sensación de no haber podido dedicarle a cada uno un poquito más, de no haber charlado con éste o aquel de cómo les va en sus proyectos y cosas así. Como siempre la actividad fuera de las salas de conferencias es tan o más importante que lo que se cuenta dentro. La verdad es que la comunidad de software libre geoespacial en España es muy sana, divertida y abierta. No sé cómo se percibe desde fuera, tal vez parecemos una panda de frikis hiperactivos.
Prueba de esto es que este año hemos celebrado la primera reunión de Geoinquietos de España. En ella cada grupo ha presentado su estado actual, sus problemas, sus necesidades y aspiraciones compartiendo la mayoría de ellas. Actualmente hay grupos activos (más o menos) en Barcelona, Cantabria, Galicia, Madrid, Sevilla, Valencia, Córdoba, Tenerife y fuera de España en Buenos Aires y México.
El congreso se cerró con la invitación de Mauricio Miranda a participar en abril de este año en el FOSS4G Buenos Aires. Tengo la suerte de asistir (si no se tuerce nada a última hora) así que podré contar de primera mano qué tal estuvo. Como cada año ocurre con las jornadas de Girona, seguro serán un rotundo éxito.